Diez paisajes nocturnos de José Cuneo conforman un marco visual geométrico que encuadra las obras dentro de rigurosos límites que condicionan su percepción. Una circunferencia definida por las lunas en todas sus fases —nueva, creciente, llena y menguante— se inscribe en un perímetro cuadrado determinado por los bordes de las obras, reforzando el tratamiento del espacio como un universo hacia adentro. Es a través de este procedimiento centrípeto que las lunas crecen y decrecen en sentido horario, y mediante el cual de alguna manera se mide y representa el transcurrir del tiempo. El título de la instalación hace referencia a la revista Círculo y cuadrado, publicada por la Asociación de Arte Constructivo de Montevideo, dirigida por Joaquín Torres García. Mediante la doble apropiación de «título y obra» se reúne a los dos grandes maestros enfrentados en intensos debates sobre la asimilación de las nuevas tendencias que comenzaban a discutirse en las tertulias de artistas de la década del 30.