En 1939 Juan Carlos Onetti publicaba «El pozo», un libro fundacional que significó un punto de inflexión en la literatura uruguaya. En la portada —impresa a dos tintas sobre papel de envolver fideos— aparecía un dibujo realizado por el impresor Casto Canel pero firmado apócrifamente por el artista español Pablo Picasso. Decenas de «monos de imprenta» forrados con una sobrecubierta que reproduce la firma falsa de Picasso se disponen desordenadamente en la base de uno de los pilares de un museo, o son exhibidos a la manera de «best sellers». La instalación, conformada por volúmenes de muy diferentes formatos, busca revisar el concepto de autoría, al tiempo que incita a reflexionar sobre los valores de los objetos artísticos, muchos definidos, más que por su contenido, por aquello que los contiene.





Mono, 2010
Serigrafía sobre papel kraft
Instalación
Medidas variables

Fotografía: Guillermo Sierra