Dieciocho automóviles de distintas marcas y modelos son estacionados junto a la acera frente al Museo Nacional de Artes Visuales siguiendo una estricta escala cromática. La necesidad tradicional del pintor de ordenar el color se ve superada por los elementos del cuadro que se organizan por sí solos como si fueran autómatas. El cuadro «pintándose» a sí mismo, un orden sobrenatural que se impone al caos y la casuística del paisaje urbano.





Accidente, 2015-2018
Acción performática en la acera de Tomás Giribaldi
Medidas variables

Fotografía: Rafael Lejtreger